Jerez de García Salinas, Zac.- En una emotiva ceremonia celebrada en el Teatro Hinojosa de Jerez, Zacatecas, encabezada por el Gobernador David Monreal Ávila, el escritor, ensayista y editor mexicano Fernando Fernández, recibió el Premio Iberoamericano “Ramón López Velarde”, en el marco de las XXV Jornadas Lopezvelardeanas 2022.

Lo que hoy he presenciado, dijo el mandatario estatal al entregar el Premio a Fernando Fernández, seguramente será uno de los mejores momentos en esta difícil función; “es lo grandioso y maravilloso de esta tarde en Jerez, la tierra de Ramón López Velarde”, enfatizó al atestiguar el aprecio de los versos y la prosa verlardeanos y por el amor que estudiosos y escritores han hecho en torno a la obra del autor de Zozobra.

Sin duda, mencionó, lo más representativo e importante que tiene un pueblo es su gente “y a mí me da muchísimo gusto saludar al auditorio que se ha dado cita el día de hoy, entre ellos algunos de los galardonados en otras Jornadas Lopezvelardeanas, y a quienes aman la poesía”.

Seguramente -añadió el Gobernador- para Fernando Fernández será una tarde memorable y, en lo personal, dijo, él se queda con el encanto, el misticismo y hasta lo complejo y difícil de entender la poesía de Ramón López Velarde, que siempre será una delicia; por eso, a más de 100 años, se sigue estudiando y su poesía nos sigue deleitando.

Coincidió en que falta mucho por hacer y mucho qué decir respecto al estudio de la obra velardeana y que en personas como Fernando Fernández está la trascendencia de uno de los grandes poetas de México, el poeta universal Ramón López Velarde.

Antes, el poeta Fernando Fernández contó a los zacatecanos y a los jerezanos que descubrió a Ramón López Velarde en las páginas de un ejemplar de Cuadrivio, un libro de Octavio Paz que estaba en su casa. Aquí comenzó -dijo- su fascinación “hecha de perplejidad y admiración a no sabía yo exactamente qué… cosa que se entiende bien, puesto que López Velarde es un poeta difícil y Octavio Paz un prosista complejo”.

Contó también que en una ocasión, a sus 20 años, mochila al hombro, emprendió una primera visita a Zacatecas; la segunda ocasión vino a Jerez y de este viaje aún conserva el pequeño boleto de tren que le trajo a la tierra de Velarde y que esta tarde mostró en el Teatro, provocando una ovación entre los asistentes. “… y por ahí, extraviado entre otros papeles que ahora tengo perdidos, el boleto incluso que ya entonces atesoré de mi primera visita a la Casa Museo del Poeta en esta ciudad”.

Diez años pasaron para que publicara un libro sobre López Velarde, en el 2014, llamado “Ni sombra ni disturbio”; un segundo libro, siete años más tarde, fue “La majestad de lo mínimo”, con el apoyo del Instituto Zacatecano de Cultura y Grupo Salinas. Hoy, para él “los estudios actuales dedicados al gran poeta zacatecano siguen siendo tan animados como siempre lo han sido, si no es que recibieron un nuevo empujón después del centenario de su fallecimiento, que se conmemoró el año pasado”.

Dijo que el viejo vínculo entre su obra y el poder público ha desfallecido en los últimos años. Gracias a que López Velarde sirvió al poder desde el día mismo de su muerte, siempre ha habido un importante interés en animar a sus estudios y estimular a sus investigadores. Tristemente, esa etapa ha entrado en decadencia en los últimos pocos años en México.

Y esto se explica -añadió- por la ignorancia soberbia o la ceguera ideológica de los responsables de mantener viva su memoria; sin embargo reconoció que por una parte esto último ha beneficiado “porque por fin nos han dejado a solas con nuestro poeta”.

Han sido muchos de los mejores autores de este país han sentido la fascinación por López Velarde como Juan José Arreola, Alí Chumacero o Eduardo Lizalde, y en años más recientes Marco Antonio Campos, Guillermo Sheridan, Alfonso García Morales, Marta Canfield, José de Jesús Sampedro, Vicente Quirarte, presente en esta ceremonia; Evodio Escalante, Juan Villoro y Ernesto Lumbreras, y “ver mi trabajo entre el de ellos, produce en mí una gran satisfacción”.

Entre otras cosas, consideró que falta una iconografía, un libro en el que se reúnan todas las imágenes que se tienen de López Velarde, en la mejor reproducción posible, en donde se explique de dónde vienen, cuándo fueron dadas a conocer, incluso dónde están actualmente sus originales; así como una nueva edición de todos los manuscritos con los que cuenta la Academia Mexicana de la Lengua.

Falta también “emprender una búsqueda seria por todas las publicaciones del interior del país, donde el propio Guillermo Sheridan, quien sabe algo al respecto, asegura que tiene que haber más material de nuestro poeta con el que no contamos, y que se reediten algunos libros esenciales”.

A López Velarde -añadió- lo queremos como un pariente entrañable, simpatizamos con su vida y nos conmueven sus fracasos políticos y amorosos tanto como su muerte temprana y, sobre todo, admiramos ilimitadamente el lenguaje con que nos transmitió, con emoción, misterio y nitidez, lo que pensaba y sentía.

Antes, en representación de la directora del Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) “Ramón López Velarde”, Ma. de Jesús Muñoz Reyes, Carlos Salinas Flores, secretario técnico de esta dependencia destacó la importancia de las Jornadas en cuyo marco se entrega este Premio, que tienen como fin rescatar, difundir y promover el contexto, vida y obra del vate jerezano.

La conmemoración en torno al Poeta de la Patria reúne la participación de diversas instituciones del Gobierno, a través del Instituto Zacatecano de Cultura, con la realización de conferencias magistrales, lecturas de poesía, presentaciones editoriales, entre otras, con la finalidad de acercar la obra del bardo a distintos públicos.

En el que dijo es el hábitat poético de aquel que puso nombre a la Policromía de una Nación, el Presidente Municipal de Jerez, José Humberto Salazar Contreras, trajo a la memoria las palabras de Juan Villoro, respecto a Velarde, y dijo que su obra, compleja y eterna, es una ventana que nos permite mirar a nuestro interior, pero también, es el ventanal desde el que podemos observar las sombras y los disturbios de cualquier parte del mundo.

Se dirigió luego al poeta galardonado: “celebramos la luz de la mirada que has arrojado sobre el hijo más universal de nuestra tierra. Te agradecemos el tiempo que has entregado para recorrer los rincones más ocultos de un poeta inagotable. Pero, sobre todo, te damos la más cálida bienvenida, porque tu trabajo forma parte del infinito laberinto que es Ramón López Velarde”.

En su participación, el poeta Omar Alejandro Higashi Díaz, representante del Comité Colegiado para Otorgar el Premio Iberoamericano, habló de las cualidades como niño y adulto en la vida y en la obra ensayística de Fernando Fernández.

“Los ensayos de Fernando Fernández buscan siempre tonadas novedosas, sorprendentes, pero siempre profundamente armónicas. Sus ensayos nacen del cruce de la curiosidad con la erudición, pero están vestidos de domingo de provincia en un parque luminoso: son amables, son sinceros no temen nunca empezar por una anécdota personal o una pregunta”, puntualizó.

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“Ramón López Velarde”

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